lunes, 28 de abril de 2014

Y a ti, ¿qué te sorprendió esta Semana Santa? Testimonio 1.

Comienzo este testimonio con cierto pudor, y es que me cuesta poder hilar dos palabras y apretar al cursor sin soltar una lágrima. Y creanme, que quien me conoce sabe, que hablar es una de mis actividades preferidas. Pero bueno, siempre cuesta hablar de lo especial,de lo que guardamos en el interior como un tesoro,y debo reconocer que el pudor me gana. Y más que pudor un cierto sabor a ...¡Cuanto tiempo me perdí de ti!,cuanto tiempo me perdí de estar arropada, de vivir con pasión esta semana.

Y sin duda, este es el mayor regalo que me ha dado la Semana Santa, el volver a casa, el ser recibida, con un amor inmenso, cuando mil veces me negé a pisar un solo escalón,cuando esta semana se resumía en ir a la playa y si surgía ver alguna posesión. Es triste, Dios me amaba, y yo lo miraba de lejos.

Y por eso esta semana ha sido diferente, mi alma reconoció su voz, una voz que me hacía llorar.¿Sabes esa sensación de echar de menos a alguien,tanto, que en el reencuentro te fundes en un abrazo eterno?¿Que no hay nada que decir porque nada superara lo que te está diciendo ese abrazo? Eso mismo sentí yo,cuando abracé la cruz. Había mirado con el corazón,a quién me dediqué a ver con los ojos. Había escuchado a quien me dediqué a oír, ¡ Y Dios me empapó!

Reconociendo también lo más doloroso, cada una de las veces que le dije que no, o que solté lindezas como ¿A mi lavarme los pies? ¿Que hay que ir a la cruz?.Y recordar estas palabras van acompañadas de llorar, solo por el hecho de cuantas veces le fallé yo.¡Y cuantas veces me ha querido él! Él aguardo paciente, y yo no tendré vida suficiente para agradecerlo, porque feliz y arrepentida esta Semana Santa,secó mis lágrimas en su madero, y sentí, como si todo lo que busqué de pronto,estuviera ahí delante.

Y es así como me abrazó el amor de Dios esta Semana Santa, como si siempre aguardó impregnarme el corazón. Y me regaló saber que miraré a izquierda y a derecha, y veré a Jesús caminando conmigo, y que al mirar hacia el corazón veré a todas esas personas que Dios a puesto en mi vida, todos en los que he visto su alegría,su cariño. A veces he pensado que cuanto más lo rechazaba, más ponía personas parecidas al mismísimo cielo en mi vida. Y por eso,ahora, una vez acabada esta semana puedo dar testimonio, de que ya no importa ni las calles ni los laberintos que crucé, y he vuelto a casa del que me miró con misericordia,con amor,con espera.

He vuelto a casa Diosito.

¡He vuelto para quedarme!
tres cruces : Semana Santa

No hay comentarios:

Publicar un comentario